Como lograr la paz??

La Cultura de Paz es definida por la Asamblea General de Naciones Unidas como “Un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida”, basados en una serie de derechos fundamentales para el desarrollo de una vida plena y pacífica, marcándonos unas metas a conseguir y unos valores a transmitir, que se recogen en el Manifiesto 2000.
Con estas características, pensamos que sin duda es la educación el instrumento óptimo para construirla; nuestro compromiso como docentes en este marco, es promover la paz como acción colectiva e individual, saber convivir con los conflictos y detener, disminuir y en cualquier caso, prevenir las manifestaciones de violencia (Tuvilla, 2003).
Algunas formas de maltrato se han  centrado en la intimidación o maltrato entre iguales, han puesto de manifiesto que la mayoría de las intimidaciones las realizan alumnos o alumnas de la misma clase que la víctima y las formas de intimidación más frecuentes son las agresiones verbales, seguidas de robo y agresiones físicas. En cuanto a los lugares donde se producen mayoritariamente las intimidaciones, destacan las clases, el patio y los pasillos. Por otro lado,  indican que entre los chicos es mucho más frecuente la utilización de agresiones físicas y amenazas como formas de intimidación, mientras que en las chicas, son más frecuentes los rumores tendenciosos y el aislamiento social.
De igual manera no dejar participar, ciertas formas de agresión física y las modalidades más graves de amenazas, se mantienen en niveles similares así como  los episodios de violencia escolar, algunos de extrema gravedad, de los que se han hecho eco los medios de comunicación y que han propiciado un clima de temor y preocupación sobre lo que está ocurriendo entre nuestros escolares.
es importante entonces reconocer las actividades a realizar para logra disminuir el maltrato y lograr la paz a travez de las siguientes acciones:
  1. Conocimiento y cohesión de grupos.
  2. Participación para el establecimiento de normas.
  3. Educación en y para la democracia.
  4. Educar en los valores y derechos humanos.
  5. Educar para las habilidades socio-emocionales.
  6. Técnicas de regulación de conflictos.
  7. Educar para mejorar la convivencia y prevenir la violencia.
Aspectos generales para la convivencia:
Medidas de participación del alumnado, además de otras como la creación de protocolos de control de clase (ausencias, disrupciones, seguimiento de normas, expulsiones), la creación y establecimiento de estructuras funcionales como: el aula de convivencia,  aula temporal de integración (ATI), aula temporal de atención lingüística (ATAL),  reuniones periódicas informativas con la asociación de madres y padres,  programas de absentismo, etc., son eficaces para conseguir un buen clima de aula y de centro. En aquellos centros donde se han puesto en marcha alguna de estas medidas reconocen abiertamente que la situación ha mejorado. No obstante, nos encontramos con grandes dificultades en algunas situaciones especiales, como pueden ser zonas socialmente desfavorecidas, centros con gran absentismo, clases con concentración de alumnado especialmente disruptivo, en estos casos, se considera indispensable una disminución de la ratio que nos  permita una atención individual y grupal más directa, esto va a favorecer las buenas relaciones, y por tanto una disminución del nivel de  conflictividad.
La cohesión de grupos:
Para que un grupo funcione bien debe estar cohesionado, sus miembros deben sentirse parte del mismo y orgullosos de pertenecer a él. Esta tarea consiste  en favorecer las condiciones para que el alumnado sienta satisfacción por asistir al centro y se sienta integrado  en el grupo (Cascón, 2000).
Los Planes de Acogida vienen a ser la primera medida para conseguir este objetivo; éstos contemplan entrevistas con las familias, consideraciones especiales para alumnado con determinadas dificultades. Las familias tienen un papel potenciador de la creación de grupo, pero no todas participan del mismo modo.  En los niveles sociales más favorecidos suelen propiciar los encuentros (fiestas de cumpleaños, meriendas,…), mientras que en los menos favorecidos dejan al azar las relaciones de grupo, que se ven fortalecidas al compartir espacios de juego y viviendas por la misma zona. Entre familias de diferentes grupos sociales no suele haber afinidad.
Las normas:
La convivencia se basa en un equilibrio en el que los miembros de un grupo comparten metas y normas.Cuando un colectivo decide cuales deben ser las normas que lo regulan, es necesario que sean reconocidas y asumidas por todos sus miembros, y la única forma de garantizar su reconocimiento es haciendo partícipes de su gestión (elaboración, aplicación, seguimiento, revisión) a las personas implicadas.En este proceso, como vemos, se ponen en juego prácticas democráticas de respeto, reconocimiento, capacidad crítica, negociación y consenso. Consideramos por ello, que el alumnado debe participar en esa elaboración y gestión de normas de aula y  corresponde al profesorado favorecer dicha participación.
Los valores:
La educación en valores debe ser una constante de trabajo que impregne cualquier proyecto de centro.La educación en valores no puede verse como algo aislado, es difícil trabajar el respeto sin ocuparse de las diferencias, la solidaridad, la justicia, etc .El contenido está en consonancia con los valores (ética, educación para la ciudadanía, filosofía, etc.). El uso de móviles e internet, derecho a la intimidad, suplantación de identidad, identidad sexual y cultural, violencia de género, sexualidad, drogas, terrorismo.Por otra parte hay los contenidos que  están centrados en valores concretos como  amistad, responsabilidad, amor, ayuda mutua para niños de secundaria

De nuevo, el profesorado siente la necesidad de que sea la familia la que se implique en primera instancia en esta tarea, y no deleguen en la institución educativa esta obligación.
Habilidades socio-emocionales:
El saber escuchar, ponerse en el lugar de otra persona, comprender, saber apreciar al otro y demostrárselo, confiar, negociar, cooperar, etc., son habilidades que pueden ser adquiridas si no se tienen de forma innata, y en la medida en que se ponen en juego siempre en contextos interpersonales, podemos considerarlas como herramientas básicas para la educación en estrategias de regulación de conflictos.
El aspecto emocional, se trabaja más en los niveles más bajos, Infantil y Primaria, mientras que en los niveles de Secundaria se incide más en las habilidades sociales, por ser consideradas por el profesorado como algo más práctico, relegando en este caso la expresión de emociones y sentimientos a un plano individual o privado.
Regulación de conflictos:
La regulación de conflictos nos vamos a referir a la educación para saber convivir con ellos y para dotar al alumnado de herramientas para enfrentarse a situaciones que pudieran desembocar en actos violentos. La mediación es una de las técnicas que ha tenido mejor acogida entre la comunidad escolar.Para los casos especialmente disruptivos o con trastornos graves de conducta, no confían en que la educación en estrategias de regulación de conflictos sea la solución a sus problemas, y demandan un apoyo de personal especializado que los atienda.
Sensibilización: dar cuenta de la realidad de la institución, dar un análisis honesto a la problemática de los Derechos Humanos.



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